Siendo adolescente, si me planteo algo fuera de la vida "normal" de vicios, ropa bonita y hormonas; a parte de ser señalada por imbéciles con el encefalograma plano; acabo dejándome llevar por la corriente apaciblemente incómoda de la vida cotidiana y apartando las conversaciones profundas para algún momento "oportuno", con un verde y un amigo de verdad... pero, qué coño... en eso consiste la vida no? en meter filosofía en los huecos que deja libres el día a día. Y es que vivimos en un mundo en que no hay más que pájaros volando... poca gente reclama nada, y las quejas que consiguen cambiar algo son las menos importantes... las demás voces de protesta se acallan en la radio, en la tele no se ven y en el periódico las borran sin pensarlo por haber sido escritas con un lápiz de pulso débil.
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